martes, 17 de mayo de 2011

MARINERO

Te encontré,
una noche,
en un bar.
En cada puerto,
un amor, dijiste.
Y marinero te llamé.

Cual araña tu tela,
ante mi trataste de tejer,
esperanzado,
de poderme atrapar.

Marinero,
tu no sabes
que no hay sitio para ti,
que en vano estas jugando.
Tus palabras en vacio caen.
Tus mentiras,
de lejos las intuyo y
no consegurás que sucumba,
porque,
ya no siento,
ya no tiemblo

Más marineros hubo
que mi piel marcaron y
a trozos
mi corazón dejaron.

Por eso marinero,
tu esfuerzo,
en vano es,
porque,
ya no siento,
ya no tiemblo.

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