Como la sangre eres,
por mis venas corres..
Mi cuerpo despertaste,
aprendí a anhelarte.
Anidaste,
mi lecho, alborotaste.
Contigo, lo viví,
y la locura conocí.
Yo no te busqué,
tampoco te eché.
No más noches de insomnio,
no más amaneceres
confundidos
con los últimos rayos de Sol
con el tiempo pasando,
esperándote,
parando hasta casi
mis latidos,
para escuchar
el más leve sonido
que significara
tu presencia,
No más despertares
abstractos,
sin nada que recordar.
Nunca la desesperación,
voló tan rasa....
Qué hacer,
si como la sangre eres y
por mis venas corres..
Lola P. Robles
Mayo-011
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