sábado, 21 de mayo de 2011

VIENTO

En la quietud de la noche,
con la Luna y las estrellas por testigos,
fuimos el uno del otro.

Nuestros cuerpos sobre el manto
que el rocío
se había engargado de esparcir,
estremecieron de placer,
jadeantes y sudorosos,
entregados al amor.

Ees como el viento,
me susurras,
Bailas con la noche,
orquestas a los árboles y
de coro te hacen las flores.

¿Qué tienes?
Tú me miras y
yo, sonrío.

¿Qué me das?
Yo te miro y
tú, sonríes.

Eslabones son
nuestros cuerpos,
de una cadena ya imposible de romper.
Adíctos nos hemos vuelto.
La necesidad se impone.
Como imánes nos buscamos,
pegados, pegaditos,
llenos a rebosar.

Qué sensación,
qué plenitud,
qué felicidad.

Aun sabiendo,
 que nada es eterno,
la mitad de mi reino daría
por parar el tiempo.
Y escuchar hasta la eternidad,
que soy
viento en movimiento...

                          Dcbre-010

1 comentario: