Primero las gracias,
pues a caminar me ayudó.
Sendas me abrió y
por ellas, me adentró.
De los peligros me alejó.
Me enseñó.
De su mano fuí
y qué feliz.
Experiencia adquirí y
más fuerte fuí.
Hasta a ir sola me atreví.
Por otras sendas
me adentré y
nuevos horizontes ví.
Hoy que mis pasos
ya sola doy,
a la mano que me cojí,
sentirla otra vez quisiera.
La apretaría fuerte,
esta vez sin miedo,
y le diría:
...aunque ya sola camino,
tu mano reclamo
pues enseñarte quiero
los mundos que,
gracias a tí,
descubrí.
... y de tu pluma, descubrir,
ResponderEliminarlo bien que se siente uno,
leyéndote a ti...
un beso...